Esta ciudad la he visitado dos veces, con diez años de diferencia una de otra y puedo decir que no ha cambiado en nada. Mi primera vez fue en noviembre 15 de 2007, con bastante frío….pues, como les digo siempre, una ciudad es para caminársela y como no soy tan buena con el frío no lo disfruto tanto. Sin embargo, ¡esta ciudad es tan divina que eso no termina siendo problema!
También ese primer viaje lo hice como mochilera….literal, para ese viaje compramos tiquetes de 24 euros saliendo de Madrid (allí estudié por un año largo) llegando hasta Bruselas y tomamos un autobús de 5 euros que nos llevó a Ámsterdam. Además, nos quedamos en esos conocidos hostales para jóvenes donde se duerme uno encima del otro, esa fue la primera vez de dormí con mas de 20 personas en una misma habitación y compartir baño unisex…. Toda un experiencia que se debe vivir joven, pero que hoy no repetiría y que no es para todo el mundo.
Algo que me encantó de dormir allí fue desayunar, ya que el restaurante estaba en medio de los canales. Todo un sueño: romántico hasta más no poder y, como estaba súper enamorada, ya se imaginarán la experiencia. La segunda vez que fui me hospedé lejos del centro ya que quedarse en el corazón de Ámsterdam es bastante costoso, así que en medio de todo mi primera vez en Ámsterdam fue todo un privilegio dormir en medio de los canales.
Al llegar a la ciudad ya teníamos, más o menos, un itinerario de qué hacer y visitar, aunque no me van a creer: hace 10 años el turismo no es lo que hoy, yo investigaba cada destino antes de ir, pero hoy se tiene infinidad de referentes de qué hacer y a dónde ir, que sirven mucho y pueden ir muy bien ‘dateados’ a cada destino.
Esta ciudad no tiene grandes lugares de referente para visitar, obvio hay unos infaltables, pero, a diferencia de otras ciudades europeas, no tiene tantos monumentos y lugares de referencia. No obstante, ella misma es una belleza y solo caminarla los enamorará.
Qué hacer:
En lo que investigué, hablaban de un tour gratuito hablado en español y que era una muy buena forma de conocer Ámsterdam (siempre el tiempo es un factor determinante) así que esto fue lo primero que hicimos, este es un recorrido de tres horas….empezamos a las 11:00 am…nuestra guía fue una española bastante particular, súper carismática y que literalmente decía lo que pensaba sin filtro…así que fue muy divertido y lo primero que nos recomendó y dijo fue “no se pueden ir de Ámsterdam sin ir a los coffee shops y fumarse un porro o en su defecto comerse un muffin de marihuana…..fliparán en colores”, para mí fue como “wow…..habrá que hacerlo pues hace parte de la experiencia de venir a esta ciudad”.
El recorrido se hace a lo largo del centro y éste combina historia con entretenimiento, ya que al llegar a los sitios las historias empieza a tener sentido cuando sabes realmente que pasó. Siempre pienso que si tienes la oportunidad de hacer todo con guía es mejor, ya que se aprende montones.
El recorrido inicia situándose en la historia de Holanda y Ámsterdam y descubriendo la plaza Dam, lugar donde se originó la ciudad a finales del S. XIII. Hoy día considerado como el corazón de Ámsterdam, ahí se hace un recorrido por los edificios más emblemáticos de la plaza, Nueva Iglesia, Palacio Real, y El Obelisco, construido en honor a los caídos en la II Guerra Mundial.
Desde allí nos dirigimos a la zona más antigua de la ciudad, donde se asienta la Iglesia Oudekerk, la primera construida en la ciudad. Paradójicamente hoy en día situada en la periferia del Barrio Rojo, que más adelante les contaré mi experiencia ahí.
Continuamos hasta alcanzar una de las zonas con más encanto, De Waag. Como único resto de la muralla medieval. Fue testigo de algunos de los sucesos más macabros de la historia de la ciudad y de algunos de los avances científicos del momento.
El antiguo barrio judío donde se encuentra la antigua casa de Rembrandt, se ha convertido en uno de los barrios más populares gracias al mercadillo de Waterlooplein.
Finalizamos en el mercado de las flores, sus tiendas se extienden a lo largo del canal llenándolo de vida y color.
En la ruta pasamos por la casa de Ana Frank y el Barrio Rojo y lo que decidimos fue volver con tiempo para hacer la tarea como era.
El recorrido por este barrio para mí fue de contrastes y las vitrinas funcionan igualmente de día como de noche, pero creo que de noche para mí estuvo más heavy, pues estaba llena de hombres (más que mujeres) y pues si no eres muy open mind, puede chocar. Sin embargo, es una experiencia que hay que vivir pues creo que es las pocas partes del mundo donde es tan famoso y “permitido” la prostitución. Puedes entrar a ver shows en vivo, está lleno de sexshops….toda una industria organizada en torno al sexo. Infaltable entrar a los sexshop, tienen de todo y cosas únicas que vale la pena en serio.
Personalmente, entrar a la casa de Ana Frank fue doloroso, aun me cuesta entender cómo todo eso sucedió y que en ciudades como estas tan hermosas, episodios como esos hayan ocurrido. Este es otro infaltable.
Si puedes alquila una bicicleta, pasear en bici por las calles de Ámsterdam es una nota. Las calles están adaptadas a la perfección. El precio del alquiler ronda entre 15 y 20 euros por día. Asegúrate de llevar el candado y de atar la bici correctamente a cualquier lugar seguro ya que aunque en Ámsterdam haya más bicicletas que habitantes (dato real 800.000 habitantes y 870.000 bicicletas) no falta quien se pueda interesar por ella.
Montar en bote también hay que hacerlo y recorrer Ámsterdam no solo por sus canales a pie si no en barco estuvo bastante bonito y pude tomar fotos desde otra perspectiva de Ámsterdam que de otra forma no podrías.
Para terminar, también vivir la experiencia del coffee shop fue muy chévere y aunque fumé….no sentí ninguna sensación….el resto de los presentes sí iban en su propio viaje y efectivamente como dijo la guía “flipaban en colores”.
Que ver en la ciudad infaltables:
Visitar la Estación Central, Plaza Dam, Palacio Real, Iglesia Nueva, Antiguo Barrio Judío, mercado de flores, El Mercadillo de Waterloo, las dos casas donde vivió Rembrandt, Museo de Van Gogh y Rijksmuseum, Barrio Rojo y sus canales. Y obvio pasar un rato en un coffee shop.